Te conocí un día de enero con la luna en mi nariz, y como ví que eras sincero,
en tus ojos me perdí, que torpe distracción y que dulce sensación.
Y ahora que andamos por el mundo, como Eneas y Benitin, ya te encontré
varios rasguños que te hicieron por ahí, pero mi loco amor es tu mejor doctor.
Voy a curarte el alma en duelo, voy a dejarte como nuevo, y todo va a pasar, pronto verás el sol brillar. Tú más que nadie merecer ser feliz. Ya vas a ver, como van sanando poco a poco tus heridas, ya vas a ver, como va, la misma vida a decantar la sal que sobra del mar -
Hace 11 años.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario